Comentario
En la mayoría de las sociedades polinésicas, lo que llamamos arte no ha sobrevivido, o está tan alterado que si exceptuamos el maorí, apenas son reconocibles las formas o el significado indígenas. La influencia de la estética occidental sobre Polinesia ha sido profunda. Desde finales del XVIII los artistas polinesios tuvieron que enfrentarse con nuevas imágenes importadas, nuevas ideas y nuevas herramientas e instrumentos. Todo ello fue incorporado rápidamente, y quedó inextricablemente unido a su tradición cultural y artística.
Por supuesto, las artes efímeras, que tanta importancia tuvieron en su día, como el trenzado del mimbre y de la paja, la música y la danza, o el tatuaje están totalmente perdidas. En Fidji, en Samoa y en Tonga, donde las sociedades son muy conservadoras, todavía se mantienen los tejidos de cortezas, aunque casi siempre se adaptan a la demanda del mercado; pero, realmente, las únicas muestras genuinas del arte polinésico son los objetos coleccionados durante los siglos XVIII y XIX.